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Aprovechando al máximo las citas de audiología de su hijo

Aprovechando al máximo las citas de audiología de su hijo

Los padres pueden obtener el mejor acceso al sonido posible para su hijo si participan activamente en las citas de audiología. Los audiólogos regularmente ven al niño para identificar los niveles de audición, revisar los aparatos y administrar la salud auditiva. Los padres pueden hacer preguntas, documentar lo que el niño está escuchando y considerar las decisiones. Los audiólogos pueden proveer información, dar seguimiento al progreso y desarrollar un equipo con la familia. Juntos, los padres y audiólogos pueden transformar las citas en sesiones de aprendizaje para ayudar al niño a aprender.

Poniéndose cómodo

Desarrollar una buena relación de trabajo requiere encontrar un médico especialista que tenga experiencia con niños y que interactúe adecuadamente con la familia. Con tiempo los padres y el niño pueden desarrollar confianza y sentirse cómodos con el audiólogo. Si los padres desean cambiar audiólogos pueden pedirles una referencia a su especialista de la garganta, nariz y oído (ENT) u otras familias. A medida que los padres y audiólogos desarrollan su relación y profundizan su comunicación, forman una alianza en la que ambos contribuyen a su comprensión de las necesidades del niño.

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Programando citas

Las familias pueden terminar cada cita pidiendo un turno para regresar. Dependiendo de la edad del niño, la pérdida o el tipo de aparato auditivo, la prueba podría ser programada con intervalos de 3 y 6 meses. Los niños con pérdida auditiva menores de ocho años de edad se beneficiarán de visitar al audiólogo más de una vez al año. Los niveles de audición pueden cambiar y le podrían dar nuevas recomendaciones para los aparatos auditivos. Incluso si no están usando un aparato auditivo, los niños con neuropatía auditiva necesitan ser evaluados cada 6 meses o en cualquier momento que tengan preocupación o cambios en sus respuestas.

Haciendo preguntas

Los padres a menudo preguntan qué puede oír su niño. El audiólogo puede marcar los niveles de audición en un audiograma para mostrarles cuales sonidos son audibles y a qué distancia el niño debe escucharlos. Después que un niño se acostumbra a escuchar, los audiólogos preguntarán cómo responde. Los padres pueden hablar sobre los cambios en el conocimiento de sonido del niño, sus preocupaciones acerca de las respuestas, diferencias en el uso de los sonidos del habla o molestias con los sonidos. El niño podría responder a las preguntas o hacer sus propias preguntas. Hacer y responder preguntas ayuda a los audiólogos a ejecutar las pruebas, determinar si el audífono o implante necesita ajustes o decidir si es necesario referirlo a un especialista en otorrinolaringología (ENT).

Revisando los dispositivos

Se puede asegurar que el niño tiene acceso al sonido revisando los dispositivos y asegurándose que están funcionando bien. Un dispositivo que no funciona correctamente puede alternar la audición y el habla de un niño. Los padres deben aprender a revisar los audífonos, implantes, y micrófonos remotos diariamente para asegurarse que los dispositivos funcionen correctamente. Ellos pueden reparar problemas como distorsión, estática o intermitencia en los aparatos. Se debe contactar al audiólogo para revisar los equipos auditivos si hay preguntas sobre cómo están funcionando. Hacer citas cuando hay preocupaciones puede ayudar a mantener la información auditiva del niño consistente para una comunicación clara.

Proveyendo la información

Los padres pueden solicitar que los audiólogos den información a los proveedores de servicios del niño. Cuando otros profesionales saben más acerca de las habilidades auditivas del niño, ellos le pueden sugerir servicios y moldear las expectativas. Si se hacen cambios en los ajustes o programas o si el niño recibe un dispositivo auditivo diferente, se pueden reportar las observaciones del comportamiento auditivo. Los audiólogos pueden ayudar a las familias y a los proveedores a entender la cantidad de tiempo que puede ser necesaria para ver cambio y qué comportamientos buscar e informar.

Reportando el progreso

El personal educativo que trabaja con el niño puede reportar cualquier preocupación y éxitos a los padres y ellos pueden compartir la información con el audiólogo.El audiólogo podría explicar la necesidad de probar un dispositivo diferente o agregar un micrófono remoto para ayudar aumentar el acceso a el lenguaje hablado. Si el niño está trabajando con terapeutas del habla o con terapeutas auditivo verbal, los informes de los audiólogos se pueden utilizar para guiarlo al aprendizaje de nuevos sonidos del habla, y los informes al audiólogo pueden mostrar su progreso. Para los niños con neuropatía auditiva se les puede informar a los padres y al audiólogo cuando la audición parece ser mejor o cuando se le dificulta más escuchar.

Documentando el escuchar

Para documentar totalmente cómo el niño responde, se debe repasar los ejemplos auditivos en el hogar y en la escuela, junto con los resultados de las pruebas. Las familias pueden documentar varias situaciones para compartirlas con el audiólogo. Los padres pueden expresar sus preocupaciones o identificar sus deseos de mejora haciendo una lista de ejemplos específicos, tales como:

  • Las circunstancias en que el niño escucha bien
  • Escenarios de cuando el niño tiene dificultades
  • Distancia que parece ser mejor para obtener respuestas
  • Sonidos que el niño oye a menudo
  • Los sonidos que son molestos o que pasan inadvertidos
  • Inconsistencias que son alarmantes
  • Preocupaciones actuales de la familia
  • Preguntas que los padres necesitan que se les expliquen

Hablar de decisiones

A medida que las familias expresan sus preocupaciones, los audiólogos le pueden dar sugerencias sobre cómo aumentar la capacidad auditiva. Los padres pueden solicitar que sus niños sean evaluados en una cabina a prueba de sonido usando su audífono o implante para medir los efectos de ese dispositivo. El audiólogo podría explicar la posible necesidad de probar un dispositivo diferente o agregar un sistema FM para ayudar a aumentar el acceso a las voces. Un niño puede escoger el dispositivo que quiera y, posiblemente elegir los colores que le gustan. Si hay una recomendación para cambiar de audífonos a los implantes, como parte del proceso se debe discutir lo que esto implica.

Estableciendo una sociedad

Los padres se sienten fortalecidos cuando vienen a las citas de audiología preparados para hacer preguntas y considerar las opciones. Se puede animar a los niños pequeños a que ellos también den información. Cuando las familias se comunican regularmente con los audiólogos, la información compartida entre ellos es más detallada. Las discusiones entre los padres, el niño y el audiólogo conducen a la identificación de estrategias específicas que mejor se adaptan al niño. Juntos pueden obtener el máximo provecho de cada cita y formar una fuerte y exitosa asociación que puede durar muchos años.

Aprovechando al máximo las citas de audiología de su hijo

Los padres pueden obtener el mejor acceso al sonido posible para su hijo si participan activamente en las citas de audiología. Los audiólogos regularmente ven al niño para identificar los niveles de audición, revisar los aparatos y administrar la salud auditiva. Los padres pueden hacer preguntas, documentar lo que el niño está escuchando y considerar las decisiones. Los audiólogos pueden proveer información, dar seguimiento al progreso y desarrollar un equipo con la familia. Juntos, los padres y audiólogos pueden transformar las citas en sesiones de aprendizaje para ayudar al niño a aprender.

Poniéndose cómodo

Desarrollar una buena relación de trabajo requiere encontrar un médico especialista que tenga experiencia con niños y que interactúe adecuadamente con la familia. Con tiempo los padres y el niño pueden desarrollar confianza y sentirse cómodos con el audiólogo. Si los padres desean cambiar audiólogos pueden pedirles una referencia a su especialista de la garganta, nariz y oído (ENT) u otras familias. A medida que los padres y audiólogos desarrollan su relación y profundizan su comunicación, forman una alianza en la que ambos contribuyen a su comprensión de las necesidades del niño.

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Programando citas

Las familias pueden terminar cada cita pidiendo un turno para regresar. Dependiendo de la edad del niño, la pérdida o el tipo de aparato auditivo, la prueba podría ser programada con intervalos de 3 y 6 meses. Los niños con pérdida auditiva menores de ocho años de edad se beneficiarán de visitar al audiólogo más de una vez al año. Los niveles de audición pueden cambiar y le podrían dar nuevas recomendaciones para los aparatos auditivos. Incluso si no están usando un aparato auditivo, los niños con neuropatía auditiva necesitan ser evaluados cada 6 meses o en cualquier momento que tengan preocupación o cambios en sus respuestas.

Haciendo preguntas

Los padres a menudo preguntan qué puede oír su niño. El audiólogo puede marcar los niveles de audición en un audiograma para mostrarles cuales sonidos son audibles y a qué distancia el niño debe escucharlos. Después que un niño se acostumbra a escuchar, los audiólogos preguntarán cómo responde. Los padres pueden hablar sobre los cambios en el conocimiento de sonido del niño, sus preocupaciones acerca de las respuestas, diferencias en el uso de los sonidos del habla o molestias con los sonidos. El niño podría responder a las preguntas o hacer sus propias preguntas. Hacer y responder preguntas ayuda a los audiólogos a ejecutar las pruebas, determinar si el audífono o implante necesita ajustes o decidir si es necesario referirlo a un especialista en otorrinolaringología (ENT).

Revisando los dispositivos

Se puede asegurar que el niño tiene acceso al sonido revisando los dispositivos y asegurándose que están funcionando bien. Un dispositivo que no funciona correctamente puede alternar la audición y el habla de un niño. Los padres deben aprender a revisar los audífonos, implantes, y micrófonos remotos diariamente para asegurarse que los dispositivos funcionen correctamente. Ellos pueden reparar problemas como distorsión, estática o intermitencia en los aparatos. Se debe contactar al audiólogo para revisar los equipos auditivos si hay preguntas sobre cómo están funcionando. Hacer citas cuando hay preocupaciones puede ayudar a mantener la información auditiva del niño consistente para una comunicación clara.

Proveyendo la información

Los padres pueden solicitar que los audiólogos den información a los proveedores de servicios del niño. Cuando otros profesionales saben más acerca de las habilidades auditivas del niño, ellos le pueden sugerir servicios y moldear las expectativas. Si se hacen cambios en los ajustes o programas o si el niño recibe un dispositivo auditivo diferente, se pueden reportar las observaciones del comportamiento auditivo. Los audiólogos pueden ayudar a las familias y a los proveedores a entender la cantidad de tiempo que puede ser necesaria para ver cambio y qué comportamientos buscar e informar.

Reportando el progreso

El personal educativo que trabaja con el niño puede reportar cualquier preocupación y éxitos a los padres y ellos pueden compartir la información con el audiólogo.El audiólogo podría explicar la necesidad de probar un dispositivo diferente o agregar un micrófono remoto para ayudar aumentar el acceso a el lenguaje hablado. Si el niño está trabajando con terapeutas del habla o con terapeutas auditivo verbal, los informes de los audiólogos se pueden utilizar para guiarlo al aprendizaje de nuevos sonidos del habla, y los informes al audiólogo pueden mostrar su progreso. Para los niños con neuropatía auditiva se les puede informar a los padres y al audiólogo cuando la audición parece ser mejor o cuando se le dificulta más escuchar.

Documentando el escuchar

Para documentar totalmente cómo el niño responde, se debe repasar los ejemplos auditivos en el hogar y en la escuela, junto con los resultados de las pruebas. Las familias pueden documentar varias situaciones para compartirlas con el audiólogo. Los padres pueden expresar sus preocupaciones o identificar sus deseos de mejora haciendo una lista de ejemplos específicos, tales como:

  • Las circunstancias en que el niño escucha bien
  • Escenarios de cuando el niño tiene dificultades
  • Distancia que parece ser mejor para obtener respuestas
  • Sonidos que el niño oye a menudo
  • Los sonidos que son molestos o que pasan inadvertidos
  • Inconsistencias que son alarmantes
  • Preocupaciones actuales de la familia
  • Preguntas que los padres necesitan que se les expliquen

Hablar de decisiones

A medida que las familias expresan sus preocupaciones, los audiólogos le pueden dar sugerencias sobre cómo aumentar la capacidad auditiva. Los padres pueden solicitar que sus niños sean evaluados en una cabina a prueba de sonido usando su audífono o implante para medir los efectos de ese dispositivo. El audiólogo podría explicar la posible necesidad de probar un dispositivo diferente o agregar un sistema FM para ayudar a aumentar el acceso a las voces. Un niño puede escoger el dispositivo que quiera y, posiblemente elegir los colores que le gustan. Si hay una recomendación para cambiar de audífonos a los implantes, como parte del proceso se debe discutir lo que esto implica.

Estableciendo una sociedad

Los padres se sienten fortalecidos cuando vienen a las citas de audiología preparados para hacer preguntas y considerar las opciones. Se puede animar a los niños pequeños a que ellos también den información. Cuando las familias se comunican regularmente con los audiólogos, la información compartida entre ellos es más detallada. Las discusiones entre los padres, el niño y el audiólogo conducen a la identificación de estrategias específicas que mejor se adaptan al niño. Juntos pueden obtener el máximo provecho de cada cita y formar una fuerte y exitosa asociación que puede durar muchos años.